jueves, 17 de febrero de 2011

El testimonio de una mujer maltratada

Ana Rosa nació en Chilpanciongo Guerrero, hace 32 años. Tras una anterior relación de la que nació su hija mayor, conoció a Manuel en el año de 1995. Poco meses después contrajeron matrimonio, y Ana Rosa quedó embarazada. Trás un breve noviazgo en el que Manuel no dio muestras de su violencia, al casarse llegaron los malos tratos. Durante tres años, soportó las palizas, insultos y violaciones, muchas veces delante de sus dos hijas. La última agresión tuvo lugar la noche del 14 de enero de 2011 donde Ana Rosa fue violada y golpeada brutalmente por su ex marido. 
Llegó con vida al hospital casi de milagro. “Había golpes que ya al final ni los sentía, pero como yo me quedé tumbada en el sofá, no me podía mover, él puso una rodilla así, como aquí apoyada, estaba de pie, o sea, me tenía como un saco. Y cuando se cansó de pegarme fue cuando me rompió las bragas y me violó ahí en el sofá y después se fumó un cigarro. Me sentía cada vez peor, más mareos, vómitos. Le dije que llamara a un médico. El me dijo que no que por la noche no había médicos. A las siete se fue a trabajar y cuando oí que se iba el coche llamé.
Psicológicamente destrozada y presa del pánico Ana Rosa acabó en una casa de acogida. Vivió durante meses en clandestinidad en uno de estos centros. Allí con la ayuda de los psicólogos y de otras compañeras, víctimas de malos tratos, ha logrado acumular fuerzas para enfrentarse a la justicia.
Ahora Manuel, el ex marido de Ana Rosa, fue condenado a 26 años de prisión por un delito de violación y otro de agresiones. Los malos tratos que Manuel infringió a su mujer durante tres largos años no pudieron ser probados. Si demuestra buen comportamiento dentro de seis años estará en la calle.
Por eso, Ana Rosa vive obsesionada por el miedo. Antes de lo que ella quisiera podría volver a cruzarse con su marido por la calle: “El día que salga, me buscará debajo de una piedra y si una vez me reventó el bazo, la siguiente vez… vamos, no va a quedar ni triza de mí. Y sino se lleva a la niña”… Y es que ni las condenas, ni las separaciones legales liberan a mujeres como Ana Rosa del peligro. Ahora, con su ex marido en la cárcel, y tras pasar por un centro de acogida, ha iniciado una nueva vida con sus dos hijas.

 



1 comentario:

  1. Me ha dado gusto encontrar esta entrada en la fecha del examen. Te felicito por ello. Ten cuidado con tus fuentes (que hay que citar, por cierto) y "tropicaliza" la información o el vocabulario. La palabra "bragas" es muy de España y no tan común en nuestro país.
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